Tuesday, December 25, 2007

APUR SANSAR - SATYAJIT RAY (1959).














Esta película representa una buena introducción para aquellos que como yo, poco conocen de la cinematografía de Calcutta. Principalmente por su fuerte carácter occidental, cuyas imágenes recuerdan el neorealismo de Vittorio de Sica. Como en el neorealismo italiano se abandona el estudio para capturar las imágenes en lugares reales, de aquí parte de su valor "realista". Mientras que para los europeos era la ciudad el lugar donde las nuevas historias se desenvuleven, es en el caso de Ray la intimidad del humilde hogar y la solemnidad de el paisaje meditativo de la hindia. lugares en donde los rios parecen no fluir y donde los reflejos de los palacios sobre el agua siguen siendo los mismos que hace miles de años. Una mirada a una cultura, la hindu, que ha transladado su antigüedad hasta el presente.

Pro como Heráclito bien dice, aquel rio y aquel reflejo son el mismo y no son el mismo. La sociedad cambia en todos los lugares, el tiempo existe y no existe. La trilogía de Apu se ocupa también de este tema, la "llegada" de la modernidad a la India. Por otra parte la misma esenografía en medio de paisajes meditativos nos lleva una y otra vez, de la mano de ese exotismo a la maravillazación de la cálidad mística de esta cultura. Mientras tanto logra Ray por medio de la utilización de el close-up un acercamiento a la intimidad de los personajes. la desición de utilizar un poeta wanna-be como personaje principal no deja de ser riesgoza, ya que si bien el poeta encarna el píritu humano es quizás la nesecidad de esa encarnación un punto en el cual se puede caer fácilmente en la fantochería. No obstante, parece esto ser un problema bastante bien sorteado por Ray, quien definitivamente no cae en lo melodramático para narrar la tragedía humana. Al contrario parece el amor por el detalle, el retrato de lo banal que se revela como las imágenes donde se esconde la significancia (Y qué puede ser más significativo que lo mundano?).

La vida es una tragedia, una tragedia de historias humanas. Apu me recuerda la vulnerabilidad de nuestra existencia y me da la certeza que lo humano es lo único que somos capaces de narrar.


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