Saturday, March 31, 2007

OH!スーパーミルクチャン, meets divagaciones pos-discusión con Juan Pablo o Japón/Caquetá





Se trata de las religiones, de la religión del centro comercial, de la necesidad de la marca, del consumo cultural esnobista. Profundidad en la apariencia, la ropa te vende el derecho a la reproducción, que grande es la publicidad. Pero, se sabe muy bien, no existe metafísica detrás de todo esto, es un sistema basado en el absurdo. Los realities, la bolsa de valores, las campañas políticas (mentiras efímeras, basadas en embargar sentimentalmente al elector) me recuerdan en todo momento como el absurdo de la vida a encontrado por fin su verdadera expresión cultural. Si existe algún significado, este, en verdad, no importa. Irrealidad y posmodernismo.







Y es entonces que yo como espectador, ¿idealista?, le doy un significado social (o quizás moralista, aún peor); representación de la cultura de la no-ética, representación del no-futuro o solo la expectativa por un futuro, cualquiera. Para un presente medieval (pero esto es también relativo al lugar), cercano a lo mágico, a lo onírico, ¿un futuro modernista? ¿pos-apocalíptico? No tenemos futuro –según Felipe, para los indígenas Andoquíes del alto Caquetá, los humanos somos seres que caminamos hacia atrás, recordando a lo único que tenemos, el pasado y de espaldas a lo incierto, el futuro- , esperamos la catástrofe o la redención; esperamos al anticristo y a los combustibles renovables. ¿Y la pobreza y la guerra? , el único futuro seguro, al igual que la muerte.





Es absurdo, es gracioso, es provocador, es freaky, está lleno de fantasía y no se trata solo de esta serie, muchas películas y producciones televisivas japonesas siguen estos cánones.


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