Just before the war with the Eskimos
Estaba ese tipo en mi mismo grado, era asqueroso, nunca lo pude soportar. Lo odiaba por ser tan él mismo, una cara repleta de acné, su sonrisa de ponqué, la estúpida forma de ser tan igual a todo; siempre feliz, siempre formal, buaaahhh. Pensaba (bueno, supongase que soy un extraterrestre y puedo pensar, porque como ser humano...); ese tipo nunca llorará por nada, nunca se ofuscara de dar su opinión, peor aún, quizás no tenga el mínimo atisbo de la duda. Era tremendamente feo, parecía el cruce entre una babosa mutante y el eslabón perdido. ¿Por qué diablos podía reír?!
Sigue The laughing man. Elija su camino:
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